Maño
No sin mi Maño
Tras la muerte de mi perro Rex en Julio del 2011, decidí que a la vuelta de mi viaje a Nepal previsto para octubre, adoptaría un nuevo compañero o compañera para mis hermanitos Oto y Truc que entonces contaban con 7 añitos.
Llevaba 5 años compartiendo la vida con 3 hermanos peludos, y siempre me ha parecido que eramos un buen número.
Los 4 disfrutábamos de tantas actividades y viajes juntos que, ahora que no estaba Rex, no quería dejar de dar la oportunidad a otro ángel de 4 patas, de formar parte de nuestra gran familia.
Al regreso, uno de mis compañeros de exploración en Nepal, colgó unas fotos de unos cachorrillos de un mes.
Eran los hijos de “Negra”, mestiza de pastor alemán que vivía con ellos en el Parque de Bomberos de Calatayud. Le pregunté, y me dijo que creían que el padre era un podenco que rondaba por allí, y que si quería uno no tardara en decírselo, pues ya sólo quedaban 4 sin asignar.
Sin dudarlo, le dije que si.
EL 3 de Diciembre de 2011, llegó el momento. Cargué un transportín en el coche y me fui a encontrar con mi pequeño Gran Maño, tenía los 2 meses, ya comía pienso y había que dar un poco de descanso a su mami.
Han pasado 4’5 años de aquel memorable momento, y no hay día que no agradezca aquel gran regalo del destino.
Cada día que pasa, mi amor por él es más fuerte y eterno si cabe, y como muchos han dicho, padezco de “Mañitis” y él de “Mamitis”… aunque de lo que verdad sufrimos es de un gran vínculo inquebrantable.
Somos un equipo, hacemos innumerables viajes, excursiones… y participamos en multitud de eventos y actividades. Trabajamos y disfrutamos juntos de cada momento y amigos que se presentan.
Maño, al igual que Ore, está trabajando, de manera altruista, como perro de Rescate Terrestre de Personas en la ONG IAE (Intervención Ayuda y Emergencias) y el progreso es más que satisfactorio.
Maño se ha convertido en un gran perro equilibrado y feliz, y yo en su fan número 1.